Yesterday… todos mis problemas parecían tan lejanos… de repente, no soy ni la mitad del hombre que era antes… ¿Lo reconocéis?
Casi todos los informáticos en su carrera profesional se han sentido así, eventualmente en una versión menos poética, con unos cuantos ¡C*@%&! y ¡M&%*@&$!
¿Por qué se han tenido que ir mis datos?… hice algo que no debía… ahora anhelo el ayer…
¿Qué se puede hacer cuando un programador estresado por la tensión del proyecto borró la versión equivocada? ¿O cuando un error de programa destruye todas las facturas pendientes de los clientes?
Si hay suerte, existirá una copia de seguridad con una versión de datos más o menos cercana a la perdida. Pero normalmente, perderemos todas las transacciones realizadas desde que se ha hecho esta copia.
Cabe apuntar que las soluciones de Continuidad de Negocios no aportan solución a estas situaciones. Cualquier modificación que se realiza en producción, pasa inmediatamente al servidor de respaldo. O sea, también la contaminación de la base de datos o un borrado accidental de una tabla.
Una mejora de esta situación la ofrece una tecnología sofisticada llamada snapshot. Snapshot aporta la posibilidad de hacer copias de seguridad más frecuentemente y en forma concurrente con los procesos de producción. El inconveniente es el alto consumo de recursos (sobre todo espacio en disco) y el alto costo de la solución. Se usa por tanto sobre todo en instalaciones muy grandes.
Un paso más avanzado es la “Protección Continuada de Datos” (Continuous Data Protection). Es una solución que permite volver a estados anteriores del servidor, de la base de datos o una tabla individual, o recuperar un fichero perdido. Todo esto, sin perder las transacciones recién realizadas o las últimas modificaciones de los programas.
Recientemente, algunos proveedores de Continuidad de Negocios han incorporado la Protección Continuada de Datos a sus líneas de productos, con una tecnología adicional o inclusive como productos separados.
Las soluciones, según el proveedor y plataforma permiten, siempre dentro de un período preestablecido (24 ó 48 horas, una semana, etc.), volver a cualquier momento anterior, recuperar un objeto en particular o establecer puntos en los procesos (checkpoints) a los que se puede regresar – como por ejemplo el comienzo del batch de cierre del día.
Así que ahora, al menos en informática, podemos volver al “Yesterday”.