Los servidores físicos tradicionales de 1U, suelen tener un consumo medio de unos 400 vatios, según el fabricante, con una utilización que no suele superar el 15% de la capacidad de proceso del servidor. Por lo que, al mover estos servicios a un entorno cloud, con un servidor físico optimizado para trabajar con máquinas virtuales en ratios que van del 4:1 hasta 20:1, dependiendo de la criticidad del servicio, conseguiremos que éstos nuevos hosts trabajen a un 80% de su capacidad total de procesamiento.
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